El sendero SL FV 27 se desvía del camino principal en la etapa 5 a la altura del barranco del río Palmas y atraviesa un magnífico desfiladero de granito por el cauce del barranco hasta la presa y la ermita de Las Peñitas, un trayecto corto que discurre por un paisaje de gran belleza donde las palmeras simulan un pequeño oasis.
Río de Palmas fue el nombre con el que los conquistadores designaron a esta zona por la cantidad de palmeras y manantiales de agua que en ella existían. En principio, la Vega de Río Palmas era un asentamiento independiente al de Betancuria, la primera población fundada por los conquistadores normandos en 1404. La Vega, sin embargo, era una zona de explotación agraria de la cual se abastecían los habitantes de la capital histórica. Al inicio del siglo XVII aparece como núcleo poblacional consolidado.
El sendero local SL FV 27 se desvía del camino principal a la altura del río Palmas, momento a partir del cual se toma un camino de tierra que conducirá hasta su cauce que, aunque seco durante parte del año, goza de una gran exuberancia protagonizada por las numerosas palmeras (Phoenix canariensis) y tarajales (Tamarix canariensis), por donde discurre parte de esta ruta. El sendero atraviesa un magnífico desfiladero de granito por la margen derecha del barranco de Las Peñitas. Tras un corto paseo, se encontrará un camino señalizado a la derecha, que conducirá paralelamente a la presa de Las Peñitas, hasta la ermita del mismo nombre. En el entorno de esta ermita el caminante encontrará los materiales geológicos más antiguos de la isla y de toda Canarias, que constituyen a su vez un enclave donde se refugian diversas especies de rapaces.
La Vega de Río Palmas adquirió una gran importancia gracias a la devoción cristiana, puesto que en su ermita se ubica la Virgen de la Peña, patrona de la isla. El tercer sábado de septiembre, los devotos llegan hasta allí en peregrinación desde todos los puntos de Fuerteventura para venerar a su patrona.
Esta tradición consta desde 1497, cuando los primeros fieles iban a venerarla a la primera ermita: la ermita de Las Peñitas. Es aquí donde la tradición popular ubica la aparición de Nuestra Señora de la Peña, en el barranco de Las Peñitas, en la zona conocida como Malpaso.
La leyenda cuenta que la Virgen de la Peña se apareció en este lugar a dos frailes franciscanos: fray Diego de Alcalá y fray Juan de San Torcaz, que vislumbraron un extraño resplandor en una roca cercana donde, al excavar, encontraron la imagen de la pequeña Virgen.