Este sendero local parte del pueblo de El Cardón y sube hasta la montaña del mismo nombre, declarada Monumento Natural, en cuya base se encuentra la pequeña ermita de la Virgen del Tanquito, que cada año protagoniza una popular romería a principios del mes de mayo.
La subida al Cardón es un sendero local que parte del propio pueblo de El Cardón y asciende por el valle, entre Montaña Cardón y Montaña Redonda o Hendida, hasta un desvío que sube por la ladera, desde donde se puede contemplar el valle.
Continuando la ruta por el Filo de los Tanques, al final existe una pequeña explanada en la que un poste con peana en medio de un círculo de piedras es utilizado en la romería de El Tanquito, cuando suben a la Virgen desde el pueblo. A partir de este punto, el sendero discurre por la ladera norte de la montaña, desde donde mediante de espectaculares vistas de la costa norte, se alcanza a ver la costa de Cofete.
Al final del sendero, en la base de Montaña Cardón, se alcanza un lugar acondicionado para recibir a los romeros y guardar la Virgen del Tanquito en su santuario, una pequeña cueva excavada para tal fin junto a un manantial natural. El entorno de la ermita también tiene un horno de pan, varias barbacoas y un pozo con agua, además de bancos y áreas de descanso.
Cada año, a principios del mes de mayo, los habitantes de El Cardón, al compás de la música y el baile, suben a hombros a la Virgen del Tanquito desde el pueblo hasta el santuario, donde honran a la imagen y disfrutan de una comida multitudinaria, con asados y otros platos típicos de Fuerteventura hasta que regresan al pueblo por la tarde. El origen de esta romería se remonta a los ritos de los primeros pobladores de la isla.
El Monumento Natural de Montaña Cardón ocupa una superficie de 1.266,8 ha en el municipio de Pájara. Se trata de un macizo montañoso que destaca por su relieve escarpado, labrado por la erosión, en el que la altitud máxima es Montaña Cardón, con 691 m.
Montaña Cardón se distingue además por su riqueza florística en especies rupícolas, algunas amenazadas y la mayor parte de ellas protegidas, que le confieren un gran valor científico. En sus laderas crece un matorral endémico de la isla, el jorjado (Odontospermum sericerum), que se da en los sectores de mayor altitud de Fuerteventura, preferentemente en las laderas más expuestas a los vientos.
Asimismo, este espacio natural protegido aporta recursos paisajísticos de importancia, sobre todo en sus vertientes orientales, donde las montañas se elevan desde una llanura en la que no existen apenas accidentes geográficos parecidos.