El Camino Natural Vía de la Plata discurre por donde, hasta finales de los años 80 y tras un siglo de uso, circulara el ferrocarril Plasencia-Astorga. Este primer tramo, entre Carbajosa de la Sagrada y Alba de Tormes, atraviesa pastos y campos de cultivo entre los que se levantan cerros testigo (cerros aislados en una zona llana, testimonios de una antigua plataforma que se ha ido erosionando) como los Arapiles, y dehesas de varias especies de Quercus en las que pasta el ganado bravo, todo ello perfecto ejemplo del característico paisaje de esta zona de la provincia de Salamanca, el Campo Charro.
Sin duda las prácticas ganaderas en este tramo están ligadas al ecosistema de dehesa, con explotaciones en régimen extensivo, y mediante el empleo de razas autóctonas tales como la raza bovina de Lidia, o las razas Morucha, Retinta y Avileña-Negra Ibérica, criadas por su carne de gran calidad amparada bajo el Logotipo 100% Raza Autóctona, y el cerdo Ibérico. Por otro lado, en las zonas donde se cultiva cereal, la raza ganadera más representativa es la oveja Castellana.
Antes de comenzar a caminar, es importante saber que sólo hay una fuente durante la ruta, y aunque hay desvíos abundantes para los pueblos cercanos, no está de más plantearse esta caminata con una buena provisión de agua, también es de notar que se atraviesan muchos caminos de acceso a fincas particulares, y aunque no estén muy transitados, es importante prestar atención en los cruces.
El inicio de este camino se sitúa en el polígono industrial de Carbajosa de la Sagrada (en concreto en la calle Vertical I), a pocos kilómetros de la capital de la provincia. Un panel informativo marca el inicio de este tramo desde el que se puede ver, a mano izquierda, cómo continúa la antigua plataforma del ferrocarril en dirección a Salamanca.
En este tramo inicial, el camino pasa primero bajo la carretera SA-20 y después bajo la calle Salamanca, dejando a un lado el cementerio de la localidad. Durante este primer tramo serán varias las oportunidades de acceder al centro de Carbajosa por diferentes desvíos, hasta por fin dejar el núcleo urbano y adentrarse en zonas de cultivo.
Este paisaje de cultivos, barbechos y pastos será la tónica general durante un buen tramo, sólo cambia cuando el camino atraviesa las trincheras excavadas para el paso del ferrocarril, por diferentes cruces con caminos de acceso a fincas o por la presencia de cerros testigo (cerros aislados en una zona llana, testimonios de una antigua plataforma que se ha ido erosionando).
Precisamente dos de estos cerros son parada obligada aprovechando el área de descanso a la derecha de la ruta. Se trata de los Arapiles (el Arapil Chico a la izquierda y el Arapil Grande a la derecha), lugar en que tuvo lugar la batalla de los Arapiles en plena guerra de la Independencia. Un cartel informativo en este área de descanso facilita más información al respecto. Desde este punto se puede acceder al Arapil Grande (en cuya cima hay un monumento conmemorativo de la batalla y una panorámica estupenda de las tierras de alrededor), o al pueblo de Arapiles, utilizando para ello la carretera DSA-106, en la que aún pueden verse las vías de tren que la atravesaban.
Justo tras un nuevo desvío que da acceso a la localidad de Calvarrasa de Arriba, el paisaje a los lados del camino cambia por completo al introducirse en una dehesa de encinas (Quercus ilex subsp. ballota) cuyo arbolado se va haciendo más denso conforme avanza. La ruta continúa con numerosas intersecciones de caminos de acceso a fincas, entre las que se puede encontrar una fábrica de ladrillos en desuso, próxima al apeadero de la Maza de Alba, que al estar abandonado sirve para albergar ganado.
Aún en pleno encinar, un área de descanso no mucho después permite al caminante observar el paisaje de la Dehesa Charra, ayudado por un panel informativo, para pasar a continuación por otra trinchera de taludes desnudos que dejan ver los curiosos colores de la roca, y atravesar el puente de hormigón que da acceso a la finca de La Maza.
A estas alturas el camino llega a su altitud máxima, y las encinas cada vez más escasas, dejan paso a un paisaje de matorral de labiadas (cantuesos— Lavandula stoechas—, romeros— Rosmarinus officinalis— y tomillos— Thymus zygis) donde el terreno no ha sido aprovechado para el cultivo del cereal.
Próximo a la vía de acceso al núcleo de Terradillas se encuentra la única fuente presente en el Camino Natural. El recorrido continúa un rato más entre cultivos hasta poco después del puente sobre la carretera DSA-106, que lleva hacia Alba de Tormes, donde el encinar disperso y las trincheras abrazan de nuevo el camino. Sólo interrumpen este paseo entre taludes el paso sobre un par de arroyos, en los que sendos miradores (con sus correspondientes paneles informativos) permiten admirar panorámicas de Alba de Tormes y el río que le da nombre.
Un semáforo de los que se usaran para controlar el tránsito del tren coincide con el final de esta última trinchera y prácticamente con el final del camino, junto a un área de descanso, un aparcamiento y el panel informativo del tramo del Camino Natural Vía de la Plata que acaba de concluir.
En las inmediaciones no cuesta descubrir los vestigios del antiguo ferrocarril de Alba de Tormes. Para hacer más llevadero el descanso final del viajero, es fácil ver milanos reales (Milvus milvus), águilas culebreras (Circaetus gallicus) o urracas (Pica pica) sobrevolando la estación de camino al cercano río Tormes.
Por si el viajero quisiera realizar la ruta en sentido contrario, el acceso al aparcamiento situado en el final del camino es sencillo, utilizando el desvío situado entre el kilómetro 29 y 30, a mano derecha en la creciente de la carretera SA-114.
El inicio del Camino se sitúa en este municipio fundado por Alfonso IX de León a inicios del siglo XIII, cuyo nombre hace referencia a los carbizos o carbajos (probablemente refiriéndose al Quercus pyrenaica). Situada en el alfoz de Salamanca, merece la pena acercarse al Parque Botánico, de reciente creación, y que alberga especies características (y únicas) de la provincia o visitar sus edificios históricos como la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Un pueblo lleno de historia, su casco urbano fue declarado Conjunto Histórico Artístico. Asociado sobre todo al nombre de santa Teresa de Jesús, la santa visitó Alba de Tormes para el enlace nupcial de su hermana doña Juana de Ahumada con don Juan de Ovalle y para fundar un monasterio de la Orden del Carmelo. Años más tarde volvería a la localidad procedente de Medina del Campo, cayendo enferma y muriendo en su celda del monasterio de la Anunciación el 4 de octubre de 1582. Su cuerpo (incorrupto) permanece aún en la capilla de la Anunciación, tras una temporada en que sus restos fueron trasladados a Ávila.
Por Alba de Tormes pasaron también los Reyes de España don Alfonso XIII y doña Eugenia, con motivo del III Centenario de la muerte de la santa, san Juan de la Cruz, Pedro Calderón de la Barca (el dramaturgo ejerció de secretario del VI duque de Alba), Miguel de Cervantes, Lope de Vega (durante su destierro de la corte madrileña) o el Papa Juan Pablo II.
La vía férrea Plasencia-Astorga, y por tanto el Camino Natural, pasa justo entre dos cerros que fueron protagonistas de la guerra de la Independencia, los Arapiles.
La batalla de los Arapiles fue uno de los enfrentamientos más importantes de la guerra de la Independencia, se libró en los alrededores de las colinas del Arapil Chico, donde se desplegaron las baterías de artillería aliadas y el Arapil Grande, donde lo hicieron las francesas, en el municipio de Arapiles, al sur de la ciudad de Salamanca, el 22 de julio de 1812.
Tuvo como resultado una gran victoria del ejército aliado (anglo-hispano-portugués) al mando del general Arthur Wellesley, primer duque de Wellington, sobre las tropas francesas al mando del mariscal Auguste Marmont. Después de esta victoria, Wellesley avanzó por el valle del Duero y tomó Madrid, donde fue aclamado como libertador por la población. Aunque la campaña no fue decisiva a largo plazo, esta derrota fue un preludio del fin de la hegemonía europea de Napoleón.