La octava etapa comienza en territorio de la provincia de Burgos, recorriendo posteriormente el municipio alavés de Valdegovía a medida que se adentra en la comarca de los Valles Alaveses, siguiendo la vega fluvial del río Omecillo, declarado como Lugar de Importancia Comunitaria por su alto valor ecológico. La reducida longitud de la etapa permitirá al senderista detenerse a visitar los importantes elementos históricos por los que discurre, como la localidad burgalesa de Valpuesta, donde se encuentran los considerados como primeros escritos de la lengua castellana, o las torres y fortines que salpican el municipio de Valdegovía, especialmente la Torre-Palacio de los Varona.
Se inicia la etapa en San Millán de San Zadornil, cruzando sobre el río Omecillo, que atraviesa la población, y la carretera BU-553. Se toma una calleja desde la que arranca una pista forestal que se dirige al Este, bordeando la vega, donde dos porterías de madera conforman un rústico campo de fútbol. Siguiendo la pista algo más de un kilómetro, inmediatamente después de pasar sobre el arroyo de Mioma —afluente del río Omecillo—, se llega a una carretera asfaltada que conduce hasta Valpuesta. Esta localidad, perteneciente al municipio burgalés de Berberana, tiene gran relevancia histórica pues es donde, según algunos estudios, se conservan los primeros escritos de la lengua castellana.
Junto a las primeras casas de Valpuesta arranca por una calleja a la derecha, una estrecha pista forestal. Comienza con un fuerte repecho de unos 500 m de longitud, y se adentra en una extensa mancha mixta de encinar y pino albar, con sotobosque de enebros y sabinas (Juniperus ssp.), de gran espesura. En el alto, la senda prosigue llaneando por la pista forestal ofreciendo una buena panorámica del municipio de Valdegovía y de las masas boscosas del entorno. Tras algunos centenares de metros la pista comienza un descenso pronunciado hasta Villanueva de Valdegovía, cabecera de término municipal, donde se localiza la oficina de turismo.
Cruzando la carretera y el río Omecillo se toma un desvío a la izquierda, en las proximidades de la iglesia parroquial de Santa María, que continúa por un camino agrícola a lo largo de la vega del río, entre tierras de cereal. Tras unos tres kilómetros, se llega a la Torre-Palacio de los Varona, ubicada en las proximidades de la localidad de Villanañe.
Siguiendo la pista dos kilómetros más se llega a una carretera que se debe seguir hacia la izquierda unos 300 m. Se debe tomar entonces un desvío a la derecha por otra carretera asfaltada, que se dejará nuevamente a los 400 m por un sendero que sale a la izquierda. Se inicia un descenso pronunciado, atravesando un pinar de gran espesura y siguiendo a lo largo de unos dos kilómetros por un camino agrícola hasta el pueblo de Espejo, final de etapa. El núcleo de Espejo se sitúa a orillas del río Omecillo, compañero de viaje de esta etapa y cuenta con servicios de interés para el viajero: alojamiento, restaurantes, centro de salud, área de descanso, zona de baños, etc.
Esta etapa resulta adecuada para su recorrido en bicicleta, a excepción de un tramo a la salida de Valpuesta, de medio kilómetro de longitud aproximadamente, dada su acusada pendiente que obligará al ciclista a echar pie a tierra y empujar la bicicleta.
En el municipio de Berberana, en el extremo oriental de la comarca burgalesa de Las Merindades, se encuentra el pueblo de Valpuesta, uno de los puntos más probables del nacimiento del castellano escrito, dado que el castellano hablado surgió en las calles y no queda constancia de cuándo, ni dónde.
En plena ocupación árabe de la Península, Valpuesta y el territorio circundante al área de Valdegovía constituyó un fortín en la preservación de la lengua romance castellana del siglo IX. No en vano, la iglesia de Santa María de Valpuesta fue construida en el 804, al amparo del Obispo Juan, por mozárabes que huían del dominio musulmán. Quedaban así estas tierras, desde el punto de vista religioso, bajo el control del Obispado de Oca y de Valpuesta.
Estudios del Instituto de la Lengua de Castilla y León confirman que las primeras palabras escritas en castellano se encontraron en los Cartularios de Valpuesta; son manuscritos que tienen escrituras originales (títulos de propiedad, derechos, privilegios, etc.) de diferentes entes (la Corona, el Obispado, los pueblos o personas). Los Cartularios de Valpuesta son dos, el llamado Gótico y el llamado Galicano. Como fecha de aparición sólo se puede afirmar que el primero es anterior al ecuador del siglo XI y, el segundo, posterior, ya que fue en ese momento cuando se pasó del uso de caracteres visigóticos a carolingios. Se ha llegado a asegurar que las primeras palabras castellanas datan del s. IX.
Como principal alternativa como cuna del castellano, se establece el Monasterio de San Millán de Cogolla. Sin embargo, éste se localizaba en el límite entre el Reino de Navarra y el Condado de Castilla y estaba influido lingüísticamente por castellanos, navarros y alaveses, de modo que la lengua hablada allí tenía claros influjos euskaldunes y no sería hasta el s XI cuando se castellanizaría.
Desde la Edad Media, la condición limítrofe de la villa la hizo partícipe de las continuas disputas fronterizas entre los reinos de Castilla, Navarra y Aragón. En el siglo XIV, Tulebras fue arrasado por las guerras castellanas y los vecinos abandonaron el pueblo, en el que sólo quedaron las monjas. Ante la falta de sustento del Monasterio, basado fundamentalmente en el cultivo de las tierras de labor, la orden religiosa consiguió repoblar Tulebras otorgando concesiones a sus vecinos, aunque mantuvieron como condición indispensable que fueran braceros del Monasterio. No fue hasta 1812, con las Cortes de Cádiz, cuando el pueblo se independizó de la orden religiosa y las tierras cambiaron de manos, yendo a parar principalmente a la nobleza local.
En los alrededores de Tulebras también podremos disfrutar de espacios naturales de alto valor paisajístico, como la Laguna de Lor, las Bárdenas Reales, los Sotos del Ebro o el Bocal. También existe un área recreativa en la conocida Fuente de las Ranas, situada a orillas del Queiles y muy próxima a la estación.
A la altura de Tulebras, el trazado se ajusta a la carretera nacional N-121 y, a unos dos kilómetros, encontraremos la localidad de Cascante, donde podremos hacer un alto en el camino en el área de descanso situada en la antigua estación de tren.