La mayor parte de la etapa discurre por el Parque Natural de Urbasa-Andía. Recorre los extensos bosques y rasos del altiplano por un camino prácticamente llano, salvo en sus últimos kilómetros, en los que la Senda desciende pronunciadamente por la canal del Urederra.
El altiplano de Urbasa es un macizo calcáreo de gran entidad que se apoya sobre margas del cretácico; en él son evidentes los procesos kársticos que han dado lugar a dolinas, poljés, lapiaces, etc. e importantes unidades subterráneas, hacia las que se filtra la mayor parte del agua superficial que aflora posteriormente a través de surgencias, como la del Urederra. Esto explica la escasez de cursos de agua superficiales, ya que se infiltran y discurren de forma subterránea.
La etapa arranca desde el camping de Bioitza, siguiendo por la carretera NA-718 hacia el Sur durante unos cien metros. Se debe tomar un desvío a la derecha por un camino de rodadas que se dirige al Oeste, bordeando el camping, y rebasa un vivero de planta forestal que abastece las repoblaciones del Parque Natural. Tras pasar el vivero se debe girar a la izquierda por un camino de tierra que asciende una pequeña loma, adentrándose en el hayedo de Siasmuno.
La ruta discurre por masas de hayedo de cierta madurez y con frecuentes claros, e incluso zonas con estructura adehesada de grandes árboles con baja espesura y suelo tapizado de pasto, fruto de un aprovechamiento mixto -ganadero y forestal- del monte; todo ello da lugar a una masa de densidad no uniforme que favorece la biodiversidad del ecosistema. Se hace patente en Kataliturri, donde el camino alcanza una pista de grava en las proximidades de una chabola ganadera; hay que seguir por la pista hacia la derecha e inmediatamente tomar el primer desvío, nuevamente a la derecha, por una pista similar que pasa junto a las chabolas de Lazarugi.
En su entorno resulta evidente la estructura abierta del arbolado, consecuencia de una mayor intensidad de pastoreo por la proximidad de las chabolas. Merece la pena destacar la presencia de ejemplares de arce campestre (Acer campestre) de gran porte que, en algunas zonas, llegan a formar pequeñas masas mixtas con las hayas (Fagus sylvatica), particularmente en las zonas más aclaradas. También aparecen otras especies de frondosas como el fresno (Fraxinus sp.), tilo (Tilia sp.), acebo (Ilex aquifolium), etc., que acompañan a hayas y arces.
Apenas cien metros después de las chabolas de Lazarugi, se tomará un desvío hacia la izquierda, atravesando un pequeño claro del bosque y adentrándose posteriormente en una masa densa de haya. Tras recorrer un corto trecho por el hayedo, la Senda cruza una pista de grava que deja paso al raso de Lezamen. El raso consiste en una amplia extensión de pastizales donde el ganado mantiene a raya a los matorrales de brezo (Erica sp.) y espinares, que consiguen proliferar juntos en las orlas boscosas. También llaman la atención pequeñas depresiones en el terreno —dolinas—, fruto de los procesos de disolución del manto calizo. Los rasos son amplias zonas de topografía ligeramente cóncava que actúan como sumideros del agua de lluvia; ésta se filtra, alimentando los acuíferos subterráneos y manando posteriormente en nacederos como el caso del Urederra. Son, por ello, zonas de suelos profundos, húmedos y ricos en nutrientes, de gran valor para el ganado.
En mitad del raso de Lezamen se tomará un desvío a la izquierda, por un camino de rodadas que asciende una pequeña ladera tapizada de matorral. Se adentra de nuevo en un hayedo, por un camino que discurre junto a un cierre ganadero, y llegando a una zona despejada de arbolado, aunque con abundantes arbustos de enebro (Juniperus sp.) y espinares; llaman la atención las formas almohadilladas que adoptan los brezos por efecto del diente del ganado. Siguiendo por la ruta señalizada, se pasa junto a una masa de alerce japonés (Larix kaempferi), una de las pocas especies de conífera de hoja caduca que se pueden ver en la Península Ibérica, que constituye un buen lugar de abrigo para refugio del ganado.
En este punto restan unos 14 km para el final de la etapa, de los que más de la mitad discurren bordeando el raso de Urbasa hasta el Puerto Viejo de Baquedano, desde donde se desciende por el cañón del Urederra.
Así, se llega a una zona de chabolas de pastores, tomando una pista que corta enseguida con la carretera NA-718, y cruzándola, se prosigue el camino que discurre durante los dos primeros kilómetros por la cabecera del raso de Urbasa, una enorme superficie de vegetación rala, de pastizal, matorral y espinares, donde pastan numerosas cabezas de ganado. Después se entra en un hayedo, en la zona de Harginaren Soro, mientras se sigue bordeando el raso. Tras dos kilómetros de camino bajo el hayedo, se sale nuevamente a una amplia zona de pastizal, en el entorno del raso de Urbasa; se sigue por Arratondo hacia el Sur, por un camino que esquiva algunas dolinas de gran tamaño, donde medran, a salvo del diente del ganado, ejemplares arbóreos de arce, saúco (Sambucus nigra) y majuelo (Crataegus monogyna), que forman pequeñas islas de vegetación de gran interés faunístico.
Desde este punto se aprecia la enorme extensión de ricos pastos del raso de Urbasa, donde se podrán ver numerosos rebaños de ovejas, vacas y caballos que pasan buena parte del año alimentándose en estos pastaderos de montaña. Sobresalen del manto herbáceo algunas manchas geométricas de arbolado, principalmente pinos (Pinus sp.), que sirven de refugio para el ganado ante los rigores de la montaña.
Por este camino se contacta con una pista de grava que da acceso a las chabolas de Arratondo; se debe seguir en sentido opuesto —hacia la derecha—, prolongando el rodeo al raso de Urbasa. Se llega enseguida a un paso canadiense que rompe la continuidad de un cierre de mampostería; por él, la Senda se introduce en el monte de las Limitaciones. Se denomina monte de las Limitaciones de Las Améscoas a una franja de terreno de 5.190 hectáreas, limitada por una pared de piedras y estacas con alambres, situada sobre los valles de Las Améscoas —Alta y Baja—, al Sur de la sierra de Urbasa; actualmente es propiedad comunal de ambas poblaciones, desde el 2 de julio de 1.412, por concesión del Rey Carlos III el Noble.
A los pocos metros, esta pista confluye en otra que recorre el Monte de las Limitaciones. Hay que tomar esta última hacia la izquierda, pasando junto a la chabola de Emiliano, para llegar en breve al Puerto Viejo de Baquedano. Desde allí se aprecia el anfiteatro rocoso por el cual se desploma el altiplano de Urbasa hacia el valle de La Améscoa Baja. Este valle se extiende al fondo de un cañón fluvial esculpido por el río Urederra (del euskera ur, agua y ederra, hermosa), por el cual emergen las aguas filtradas en las rasas de Urbasa. Lo hace con una primera cascada de más de cien metros de altura que aflora de entre los cantiles rocosos, seguida de sucesivos saltos y pozas de agua cristalina que configuran escenas de notable singularidad; estos elementos han supuesto su declaración como Reserva Natural Nacedero de Urederra y Lugar de Importancia Comunitaria.
Desde el Puerto Viejo de Baquedano, la ruta desciende la ladera del cañón del Urederra por el camino del Puerto Viejo, a lo largo de algo más de dos kilómetros de recorrido y 300 m de desnivel, hasta el núcleo de Baquedano, punto de entrada principal al nacedero del Urederra. Aunque desde el sendero no llega a verse la surgencia del Urederra, no por ello resulta menos impactante el paisaje por el que discurre la ruta. Comienza por un tramo de paso cómodo, aunque de notable pendiente y pedregosidad que salva una zona escarpada mediante un zigzag. Continúa la ruta por un estrecho sendero que atraviesa una masa de hayedo que se va transformando, a medida que se desciende, en un bosque mixto de encinas (Quercus ilex) y quejigos (Quercus faginea), con ejemplares de notable porte y gran belleza. Orlan el sendero especies arbustivas acompañantes como el cornejo (Cornus sanguinea), mundillo (Viburnum opulus), saúco, etc.
El descenso finaliza en una pequeña zona de descanso, por donde cruza el camino que conduce hasta el nacedero del Urederra. Continuando esa misma pista hacia el Sur, se llega al pueblo de Baquedano, donde se puede visitar la iglesia de San Juan Bautista. Atravesando Baquedano por su parte alta se alcanza otra zona de descanso; desde allí arranca una carretera asfaltada que conduce por el pie de monte, bordeando la vega de cultivos, a Gollano, a un kilómetro de Baquedano. En esta localidad se puede visitar la iglesia Parroquial de San Bartolomé.
Siguiendo la marcha un kilómetro más se llega a Artaza, final de la etapa. En esta localidad se libraron importantes enfrentamientos durante la Primera Guerra Carlista, conocidos como “Acción de Artaza”. En esta población se puede contemplar la iglesia de la Natividad y en las proximidades existe un camping donde conseguir alojamiento. Esta etapa resulta apta para realizar en bicicleta, a excepción del descenso por el cañón del río Urederra, que puede resultar muy peligroso. Como alternativa se pueden buscar otras rutas que permiten conectar el Puerto Viejo con Baquedano, por pista y carretera. El resto de la etapa no presenta dificultades en cuanto a la pendiente, aunque puede resultar sensiblemente más dura de lo que muestra su perfil longitudinal, ya que transita buena parte de su recorrido por caminos de tierra o hierba, que ofrecen gran resistencia al paso de la bicicleta.
Las sierras de Urbasa y Andía están incluidas en el Parque Natural Urbasa y Andía y en la Zona Especial de Conservación y Lugar de Importancia Comunitaria, sierra de Urbasa y Andía (20.949,40 ha). Se sitúan al Oeste de Navarra y están formadas por dos montañas medias que constituyen la frontera climática entre la zona húmeda atlántica y la región árida mediterránea.
En estas sierras se diferencian tres tipos de vegetación principalmente: bosques, mayoritariamente hayedos, en los que también se pueden encontrar arces, tilos, fresnos y acebos; rasos de espinar y enebrales, alternados con áreas de pastizal salpicados de brezos, espinos y gencianas, y por último vegetación de roquedos, con especies con alto grado de especialización.
La madera de las hayas ha sido utilizada tradicionalmente para construir las chabolas de los pastores, que explotaban de manera sostenible los pastos de la sierra, dejando descansar el pasto en determinadas épocas al año para que la hierba pudiera fortalecerse y renovarse.
El Parque Natural de Urbasa y Andía dispone de un centro de información en el paraje de Sorosgain, a 900 m de altitud.
Al sur del Parque Natural y del ZEC/LIC de Urbasa-Andía se localiza el Nacedero de Urederra, declarado Reserva Natural y Zona Especial de Conservación y Lugar de Importancia Comunitaria. El Nacedero, situado en el valle de Améscoa, es la salida natural de los acuíferos subterráneos formados en el macizo kárstico de Urbasa. La primera surgencia se produce en un cortado en el reborde meridional del macizo, a 700 m de altitud, originando una caída de excepcional belleza de más de cien metros de altura. El río Urederra está declarado LIC hasta su confluencia con el río Ega.