El camino natural parte del concejo de Teverga, en Villamayor, y se dirige en dirección norte hacia el concejo de Belmonte de Miranda, hasta el núcleo rural de Dolia. La ruta recorre espacios naturales protegidos como el Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa y el Paisaje Protegido del Pico Caldoveiro, coincidiendo en su mayor parte con una antigua calzada romana, el Camino Real de La Mesa.
A lo largo de la etapa, por un trayecto que apenas tiene subidas y que discurre en su mayor parte por curva de nivel, el camino recorre espacios naturales protegidos de gran valor ambiental, como el Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa y la superficie incluida en el mismo de los Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) Montovo-La Mesa y Caldoveiro, que a su vez incluye el Paisaje Protegido del Pico Caldoveiro.
La ruta parte del núcleo rural de Villamayor, ascendiendo por pista, entre prados y pequeños bosquetes de frondosa, hasta el Alto de El Cumalón, donde, siguiendo las señales direccionales, tomaremos una pista a la izquierda. Los primeros metros de esta pista discurren sobre firme de hormigón, pero enseguida volveremos a circular por pista de zahorra.
El trayecto continúa en curva de nivel, entre prados, pastizales y zonas de matorral, dejando a la derecha las Brañas de Santa Cristina, en dirección al Llanu’l Vicenturu. Posteriormente, el trazado cruza la Vega de Cueiro, desde donde disfrutaremos de preciosas vistas de Peña Sobia, el Macizo de Las Ubiñas, Peña Rueda y Peña Manteca.
A continuación, el Camino Natural prosigue por la falda de la Sierra de Conto, ascendiendo moderadamente por un camino estrecho y de piedras, intuyendo la antigua calzada romana del Camino Real de La Mesa. Pasaremos por la izquierda de la única finca cerrada con muro de piedra de la zona y continuaremos rodeando el Collado de Piedras Negras, hasta la Venta de Porcabezas, donde podremos realizar una parada para descansar, ya que, a unos 30 metros de la venta, se encuentra señalizada la Fuente de Porcabezas, en el margen derecho del camino.
A unos tres kilómetros de distancia, después de dejar atrás y a la derecha el Llano del Mouro, se encuentra la Venta de La Corredoria, donde hallaremos un panel informativo con su historia. La Venta de La Corredoria está presidida por una pequeña capilla, que da un encanto especial al lugar. Ambas ventas, ya abandonadas, se utilizaban como cuadra para el ganado y refugio para los ganaderos.
A la altura de la Venta de La Corredoria ya estaremos muy cerca del final de la etapa. A un kilómetro y medio aproximadamente, el trazado continúa por un camino estrecho por la falda de la Sierra Matiecha, hasta llegar al pueblo de Dolia, destino final de la ruta, donde se ubica el panel informativo de inicio-fin de etapa.
El Paisaje Protegido del Pico Caldoveiro es un área de transición entre el valle y la montaña central asturiana. Comprende parte de Proaza, la zona tevergana del Monumento Natural de los Puertos de Marabio, la parroquia de Tameza (Yernes y Tameza) y la zona comprendida al sur de Tolinas (Grado). Se encuentra incluido en el Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) Caldoveiro.
Este espacio natural tiene un sistema kárstico de gran interés, predominando las calizas de montaña en la zona central alrededor del Pico Caldoveiro. La vegetación arbórea apenas supone el diez por ciento, debido a la intensa utilización del suelo en prácticas ganaderas, siendo sustituida por prados y pastizales dedicados al ganado situado en las diferentes brañas. Se mantienen hayedos (Fagus sylvatica), sobre todo en el valle de La Cavadura (Grado), y robles (Quercus robur) en la cuenca del río Cubia. También existen encinares (Quercus ilex) en las laderas occidentales de la Sierra de la Verde, al este del río Trubia (Proaza).
El Paisaje Protegido se encuentra cercano a las áreas oseras de Quirós, Somiedo y Teverga, donde lo escarpado del roquedo facilita la presencia del oso en la zona, produciéndose una lenta recolonización del hábitat osero. Además del oso pardo (Ursus arctos), entre los mamíferos destacan el lobo (Canis lupus), el jabalí (Sus scrofa), el corzo (Capreolus capreolus) y el venado (Cervus elaphus). Asimismo, la limpieza de las aguas permite la presencia de nutrias (Lutra lutra) y diversas rapaces, como el alimoche (Neophron percnopterus), el buitre leonado (Gyps fulvus) y el águila real (Aquila chrysaetos).
El Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa se sitúa en el área central de la cordillera Cantábrica, ocupando más de 45.000 hectáreas entre los concejos de Teverga, Quirós y Lena. Limita al sur con la provincia de León; al oeste con el Parque Natural de Somiedo; al norte con Belmonte de Miranda, Grado, Yernes y Tameza y Proaza, y al este con Aller.
En general, se trata de un territorio de montaña caracterizado por un relieve de fuertes contrastes y altitudes que van progresando de norte a sur, encontrándose las más elevadas en el límite con León. Al sur, se localiza el macizo de Peña Ubiña que, tras los Picos de Europa, constituye el segundo sistema montañoso calizo de la cordillera Cantábrica más alto, con altitudes superiores a los 2.400 metros (Picos del Fontán y Peña Ubiña, con 2.417 metros). En el límite con Somiedo se encuentra el cordal de La Mesa, con cotas por encima de los 1.800 metros (Alto de La Cugurza y Peña Negra), y en la zona norte, entre Quirós y Teverga, un extremo de la Sierra de La Sobia, con los picos de Barriscal y Vallina, que superan los 1.600 metros.
La vegetación del Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa se caracteriza por su variedad y buen estado de conservación. Un rasgo muy destacado es la amplia superficie de masas forestales autóctonas (bosques maduros), que cubren más de un tercio del Parque. Los bosques más extensos y mejor conservados son, sin duda, los hayedos, que constituyen el 65 por ciento de la superficie arbolada y tienden a ocupar todas las laderas de umbría. Tras los hayedos, las formaciones boscosas mejor representadas son los rebollares oligótrofos (Quercus pyrenaica), el roble albar (Quercus petraea), el roble rosado (Quercus petraea x robur), el carvallo (Quercus robur) o el abedul (Betula pendula).
Una cuarta parte de la superficie de Las Ubiñas-La Mesa está cubierta por pastos y prados, dejando patente la importancia que tiene la ganadería en la economía local. La diversidad de hábitats existente en un territorio tan amplio favorece la presencia de numerosas especies animales, entre las que figuran las más representativas de la cordillera Cantábrica, como el oso pardo, el urogallo (Tetrao urogallus) y el águila real, además de especies de elevado interés cinegético, como el jabalí, el corzo, el ciervo o venado y el rebeco (Rupicapra pirenaica). También están presentes la marta (Martes martes), el armiño (Mustela erminea), la gineta (Genetta genetta), el gato montés (Felis sylvestris) o el zorro (Vulpes vulpes).
Dependientes del trazado del propio Camino Real de La Mesa, las diferentes ventas situadas en el mismo tenían como primigenia función dar cobijo al viajero y guardar el ganado y la caballería que se utilizaban para recorrerlo. Muchas de ellas tenían ermita para los viajeros y visitantes, como la que se mantiene en pie en La Corredoria, dedicada a Santa Ana.
Más tarde, a partir del siglo XIX, con la apertura de las carreteras modernas, como el Camino de Castilla y el paso por Pajares, las ventas cayeron en desuso, transformándose en lugares de cuidado del ganado durante sus estancias estivales en los pastos de altura que rodean el cordal de La Mesa. Sus habitaciones son ahora cuadras y tenadas para el ganado vacuno y porcino, así como el de ovejas y cabras.
Las principales ventas son la de Piedrajueves (Somiedo-Teverga) y la de Cueiro, ambas situadas por encima de los 1.300 metros de altitud; Porcabezas y La Corredoria, por debajo de los 1.000 metros, y la de las Cruces, a una altitud de 600 metros.