El Camino Natural se adentra en Los Oscos, donde las numerosas ferrerías marcaron el antes y el después de una comarca ligada en el pasado a la fundición y elaboración del hierro. Comenzando en Castro, en el concejo de Grandas de Salime, el sendero atraviesa en su última etapa el valle del rio Agüeira hasta Santa Eulalia de Oscos, donde pone punto y final a su larga andadura por tierras asturianas.
La última etapa del Camino Natural de la cordillera Cantábrica comienza en Castro, en el concejo de Grandas de Salime, y recorre en sentido noreste las laderas del monte Marón y el valle del río Agüeira, Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona Especial de Conservación (ZEC) Cuenca del Agüeira, hasta Santa Eulalia de Oscos, capital del concejo del mismo nombre. Desde Castro, también podremos realizar parte de la etapa por una ruta alternativaque se dirige hacia el sur, hasta La Coba, donde enlaza con el camino principal.
El importante papel etnográfico de la comarca de Los Oscos, la conservación activa de su arquitectura popular y tradiciones, y la gran variedad de unidades paisajísticas que conforman este espacio, unida a los importantes valles fluviales que lo vertebran, han hecho posible la declaración de todo su territorio como Reserva de la Biosfera del Río Eo, Oscos y Terras de Burón.
Comenzando la etapa en Castro, el primer tramo del trazado principal deja el pueblo a la derecha y desciende por una pista de tierra entre pastizales, primero y pinares de radiata (Pinus radiata), después. La pista forestal desciende durante un largo tramo en zig-zag, hasta el puente de madera sobre el río Caballos, y un poco más tarde, bordeando la ladera, alcanza el puente de piedra de Ponsadabelle (siglo XIV). La ruta cruza el río Agüeira y asciende en zig-zag por un camino de piedra bien trazado.
Poco después de ascender por la pista forestal a través de un pinar de pino radiata, el camino toma un desvío a la derecha, abandonando la pista, y sube por un sendero. El resto del trayecto recorre en curva de nivel las laderas del monte Marón, hasta La Coba, por un tramo que ofrece unas fantásticas vistas del valle del río Agüeira.
El segundo tramo del trazado principal parte de La Coba por carretera y la abandona antes de llegar a una curva, descendiendo por el camino de la izquierda. El sendero recorre en sentido norte las laderas del monte Marón, pobladas de coníferas y frondosas y, después de varios kilómetros, llega al área recreativa de Ferreira, población situada al otro lado del río Agüeira. A continuación, la ruta prosigue por un camino bien señalizado, bordeando un arroyo, para terminar en Santa Eulalia de Oscos.
Otra forma de llegar hasta La Coba será a través de la ruta alternativa que comienza a la izquierda del albergue juvenil de Castro, y que prosigue luego por carretera hasta Trabada. Desde este punto, el trazado alternativo asciende a través de este pueblo por una pista de tierra, entre prados, y bordea con dirección este las laderas sobre el río Agüeira. En esta parte del trayecto podremos observar con total claridad el trazado principal del Camino Natural sobre la ladera, al otro lado del río, así como el núcleo rural de La Coba, a donde nos dirigimos.
La última parte de la ruta alternativa desciende en zig-zag por una pista forestal que discurre entre pinares, cruza el río y asciende hasta La Coba, desde donde, siguiendo las señales direccionales, se une al trazado principal para continuar hasta Santa Eulalia de Oscos.
Mazos, ferrerías y fraguas siguen presentes en la comarca de Los Oscos, donde numerosos topónimos hacen referencia a un pasado en el que todo el territorio trabajaba el hierro. Los talleres e instalaciones funcionaban a pleno rendimiento alimentados con el carbón vegetal procedente de sus frondosos bosques, y los distintos ingenios hidráulicos para trabajar el hierro eran movidos por la fuerza motriz de sus caudalosos ríos.
A dos kilómetros de la localidad de Ferreirela se encuentra el mazo y la fragua de Mazonovo, una de las muchas instalaciones de la comarca relacionadas con los oficios tradicionales ligados a la industria del hierro. El mazo de Mazonovo estuvo en uso hasta 1975 y fue restaurado en 1989. Este martinete hidráulico golpeaba y estiraba las barras de hierro que salían de las ferrerías con la fuerza del agua. También existen restos de otros mazos en las proximidades del río Agüeira.
El último eslabón de la cadena era la fragua, donde se daba forma a aperos, bisagras, ollas, cazos, cuchillos, tijeras o herraduras. Exportados fuera de la comarca de Los Oscos hasta el siglo XIX, cuando el encarecimiento de las materias primas y la aparición de los altos hornos en el valle del Nalón abren una brecha en la industria herrera tradicional que provoca su declive.
El concejo de Santa Eulalia de Oscos está ligado a uno de sus hijos más ilustres, el marqués de Sargadelos, creador de la famosa cerámica de Sargadelos. Antonio Raimundo Ibáñez nació en 1749 en la aldea de Ferreirela. Era hijo de escribano y recibió formación en el cercano monasterio de Villanueva de Oscos. Posiblemente, la debilidad económica de su familia le impidió cursar estudios en la Universidad y motivó su entrada en la Casa Guimarán, en Ribadeo (Lugo), de la que llegó a ser nombrado administrador. Comerció con vinos, hierros y lino, y se hizo armador. En 1784, creó la Real Compañía Marítima tras realizar innumerables negocios de ultramar. El marqués culminó su carrera con la construcción del complejo industrial de Sargadelos, entre 1791 y 1806, compuesto por herrería, fundición de hierro colado y la famosa fábrica de loza, que acabaría siendo la más importante de España.
Con el estallido de la Guerra de la Independencia, en 1808, el marqués de Sargadelos formó parte de la Junta de Ribadeo que, ante el acoso del ejército francés a la villa, aceptó las condiciones de los invasores. El pueblo vio en ello un acto de traición y los miembros de la Junta tuvieron que ocultarse. Ibáñez, al que venían considerando como un afrancesado, fue interceptado el 2 de febrero de 1809 cuando huía de Ribadeo, y asesinado en oscuras circunstancias.
Hoy en día, en el barrio d’Abaxo de Ferreirela se puede visitar el Museo Casa Natal del Marqués de Sargadelos, cuyo objetivo principal es mostrar la vinculación de Antonio Raimundo Ibáñez con su tierra. Este museo tiene un carácter histórico-etnográfico, con una cuidada ambientación tradicional. La casa natal del marqués ha sido restaurada de manera impecable, constituyendo el arquetipo de casona rural de los Oscos, con el piso bajo dedicado al ganado y el superior a vivienda, y las construcciones auxiliares rodeando el núcleo principal, englobando una explotación económicamente autónoma.
En la zona de los animales, la corte das oveyas y la corte das vacas, se encuentran respectivamente la sala del textil y la sala de Sargadelos, dos de las producciones que promovió el marqués. En la sala Sargadelos podemos admirar algunas de las muestras de loza estampada que, desde el siglo XVIII hasta nuestros días, viene fabricando esta importantísima industria. En el exterior, se conservan el lavadero (lavadeiro) y el horreo de cubierta vegetal (horro).