Desde la Sierra del Sellón, el Camino Natural abandona el concejo de Piloña en dirección al de Bimenes, atravesando el concejo de Nava por un sendero salpicado de cabañas ganaderas de piedra, que en último término discurre por la Sierra de Peñamayor hasta Los Melendreros.
La etapa parte de la aldea de Fresnedal, en el concejo de Piloña, situada en plena Sierra del Sellón, y atraviesa el concejo de Nava para continuar con orientación oeste hacia Los Melendreros, ya en el concejo de Bimenes.
Desde el panel de inicio de ruta colocado junto al lavadero, en Fresnedal, y siguiendo las marcas direccionales, el primer tramo de la etapa atraviesa el pueblo y continúa por un camino estrecho de tierra que desciende hasta la carretera AS-254. Posteriormente, gira a la derecha en dirección a la población de Puente Miera y, a pocos metros, gira de nuevo, esta vez a la izquierda, cruzando dos puentes muy próximos uno de otro.
A continuación, la ruta asciende por la carretera paralela al río La Muriosa, entre pastos salpicados de árboles y vegetación de ribera. En este tramo, el camino cruza varias veces el río, pasa por cabañas de piedra y atraviesa prados y pequeños bosquetes de castaño (Castanea sativa), acebo (Ilex aquifolium) y roble (Quercus robur).
Dejando el Pico L’Espinazo a la izquierda, el sendero sigue ascendiendo hasta un cruce. En este punto existen indicaciones de precaución, ya que el camino pasa a ser una pista de montaña. Pocos metros después, la ruta se adentra ya en el concejo de Nava, llegando al Collado del Felguerón, desde donde disfrutaremos de un fantástico paisaje.
Alternando tramos de zahorra y hormigón (firme que aparece en curvas o subidas con mucha pendiente), el camino continúa ascendiendo entre robledales y zonas de brezal-tojal. A lo largo del recorrido, cruzaremos varios puentes de madera y pasaremos por tramos de pista con barandillas de protección situadas en el margen sobre el terraplén.
Una vez alcanzado el alto de El Tretu, el camino inicia un descenso que pasa por el albergue de El Cobagal y numerosas cabañas de piedra que salpican esta parte del trayecto, para luego volver a ascender hasta Les Praeres, un paraje caracterizado por pastizales donde existen varias cabañas de ganaderos, y desde el cual divisaremos la Sierra de Peñamayor, hacia donde se dirige la pista en pronunciado ascenso.
Ya en las faldas de Peñamayor, la ruta se descuelga hasta llegar al albergue de Fayacaba, en el concejo de Bimenes. En este punto, la etapa 8 coincide con la etapa 9 del Camino Natural, pero siguiendo la señalización no existirá ninguna confusión entre una y otra.
Desde el albergue, la ruta continúa descendiendo moderadamente por una pista de hormigón hasta llegar a Los Melendreros, donde finaliza el trayecto. Encontraremos el panel de inicio-fin de etapa junto a la Fuente de la Pipa, labrada en piedra, donde también encontraremos mesas y bancos de madera para descansar.
A unos 600 metros de altitud, en la vertiente occidental de la Sierra de Peñamayor, y al abrigo de sus paredes calizas, se encuentra Los Melendreros, una población con categoría de “lugar” que no dispone de centro urbano, ni tampoco de capilla que haga de lugar de reunión, ya que la iglesia parroquial a la que pertenece se encuentra a tres kilómetros de distancia, en el pueblo de Piñera.
La casona del lugar se sitúa paralelo al meandro que forma el río Rozadas (Rozaes), siguiendo las curvas del terreno, y apenas recuerda a los tradicionales edificios del mundo rural asturiano, aunque mantenga la estructura de aldea típica asturiana distribuida en diferentes barrios por toda la pendiente. Excepto tres casas que conservan su tenada, la cuadra y la vivienda, con recios muros de piedra caliza, el resto es fruto de la transformación moderna de las casas tradicionales.
Desde la carretera de acceso a Los Melendreros, por un sendero descendente y siguiendo el cauce del río, se encuentra el Molín de Honorio, encajado en el reguero situado a los pies de la Sierra de Peñamayor. El molino, mimetizado por la vegetación circundante, no es visible desde lejos. Para acceder hasta él, hay que seguir el sendero por el lado izquierdo del cauce del río y subir una pared caliza. A pocos metros, se vislumbra el porche del molino.
Abandonado y falto de uso, la maquinaria interior del molino aún se halla en buen estado, pese a la humedad del lugar. Conserva el tejado y todas las características de un buen molino hidráulico. Junto a él, el agua fluye en cascadas de gran belleza, apenas a dos metros de la pared caliza donde se encuentra encajado.
En Los Melendreros, la belleza natural enmarca el lugar, azotado por los vientos. Se puede disfrutar de la naturaleza caminando hacia la Campa Oroxu y, desde allí, hasta el Picu Jueyu, que se logra distinguir por la antena repetidora, y que es la antecima del Fuellu, punta que domina todo el valle que engloba al lugar.