A lo largo de esta ruta el viajero podrá conocer la Galicia rural y la riqueza paisajística de esta zona de la provincia de Ourense. Se camina través de bosques de frondosas, formados por abedules, robles y castaños, junto con ríos y regatos repletos de infinitas muestras etnográficas de la necesidad del agua, como molinos, "caneiros", puentes y pueblos con construcciones típicas como los hórreos, importantes para la economía rural gallega.
El itinerario comienza en la plaza Mayor de la Villa de Celanova frente al monasterio benedictino de San Rosendo y finaliza en el puente romano-medieval en Ourense. El trayecto desde Celanova conduce primero a Vilanova dos Infantes, que se puede distinguir en el paisaje desde lejos por su singular torre de la Baja Edad Media. Alrededor de la torre se puede visitar un núcleo urbano compacto y bien conservado. Se recomienda una visita al interior de la torre donde se recoge lo más significativo de la Com arca de Celanova. La terraza superior ofrece un lugar de espectaculares vistas paisajísticas de la zona.
Retomado el itinerario, se continúa pasando por los asentamientos de Carfaxiño y Viveiro antes de llegar, cerca de Barxiña, al río Arnoia. Aquí se puede hacer el primer descanso en un área recreativa al borde del río. Se prosigue por un paseo a lo largo de su orilla izquierda bajo alisos (Alnus glutinosa), robles (Quercus robur), fresnos (Fraxinus sp.) y sauces (Salix sp.), acompañados por el murmullo constante del agua, hasta llegar a un puente de granito que permite pasar a la orilla contraria.
En medio del puente, es el mejor sitio para contemplar la ruidosa caída del agua río arriba por un caneiro de unos tres metros de altura, que embalsa el agua para el molino de Varela que se puede observar al final del puente.
Desde este punto se emprende una pequeña subida hasta el núcleo de Aúlfe, que se deja a la derecha, nada más entrar, para seguir el itinerario por una pista forestal que conduce hasta el santuario mariano de Nosa Señora das Marabillas. De esta iglesia barroca destaca su gran sencillez con una fachada principal enmarcada entre pilastras adosadas, siendo éstas el único elemento ornamental.
La ruta continúa por la izquierda de la Iglesia, en dirección a la aldea Parderrubias, donde apartándose del itinerario se puede visitar la iglesia parroquial de Santa Olaia, con fachada neoclásica. Siguiendo la ruta se alcanza la aldea de Nigueiroá donde se puede observar, a la izquierda del camino, un conjunto de hórreos, hoy vacíos de grano. Los hórreos son el símbolo de una tierra de abundancia, que supo modernizar y diversificar sus cultivos.
Saliendo de Nigueiroá hacía Loiro se pasa por Covelas y O Couso, cruzando los regatos Seixas, Ruxidoiro y Porto.Durante el camino se disfruta de la compañía de bosques de frondosas y pinos hasta llegar a Loiro, ya a la entrada del pueblo se puede ver a la derecha la iglesia parroquial de San Martiño. Si se desea descansar antes de emprender la última parte de esta etapa, se puede visitar este templo románico. Aunque es visible la despoblación rural, Loiro es un claro ejemplo de la Galicia rural, por lo que merece la pena visitarlo.
En dirección a Enfestada se pasa junto a la pequeña capilla de San Roque, la aldea de Alén y Sobrado do Bispo. Atravesando todo el valle fluvial del regato de Santa Olaia se alcanza Moreiras y As Airas, por el camino se disfruta de la densa vegetación acompañante, entre la cual hay que destacar el madroño (Arbutus unedo).
Finalmente se alcanza el otro lado del valle por un camino y una pista hasta el núcleo de Barbadás, que forma un espolón geográfico entre dos valles. Saliendo de Barbadás por el barrio de Os Rosales, se camina por una carretera sinuosa hasta el regato de Soutolongo. Cruzado este, se continúa por un denso bosque fluvial de alisos al margen derecho de éste hasta su confluencia con el regato de San Benito.
A partir de allí los dos regatos forman el río Barbadás, junto al que aparece un bonito paseo fluvial hasta su confluencia con el río Barbaña, al borde de cuyas continúa la ruta hasta finalizar en el puente romano-medieval sobre el río Miño. El paseo fluvial discurre a lo largo de los barrios orensanos de Laxas, O Polvorín o Os Remedios. Rematada la ruta, se puede descansar en los manantiales de aguas termales de As Burgas, cuyas aguas medicinales son recomendadas para problemas de piel, reuma y artritis.
Las Burgas son unos manantiales de aguas termales que se localizan en la ciudad de Ourense. Son tres manantiales: la Burga de Arriba, la más antigua, de estilo popular y perteneciente al siglo XVII, la Burga do Medio, pegada al muro y de estilo moderno, y la Burga de Abaixo, de estilo neoclásico, siglo XIX, con dos caños laterales y una pila labrada en el centro, con otro caño.
Eran conocidas por los romanos, que tenían unos baños termales públicos en el lugar, pero ya existían antes de su llegada a Ourense y se tiene constancia del culto a un dios prerromano de las aguas.
Estos manantiales fueron declarados Conjunto Histórico-Artístico en el año 1975 y Bien de Interés Cultural en 2007. En la actualidad son utilizados para el baño.
- Tramos compartidos con senderistas.
- Tránsito por el centro algunos núcleos poblacionales.
-Infórmate sobre los aspectos técnicos de la ruta y sobre la meteorología del día.
-Cuida del medio ambiente. Procura no molestar a los animales ni deteriorar la vegetación. Respeta las zonas privadas.
-Debes dar prioridad a los peatones y cumplir con las normas generales de circulación.
-El entorno por el que vas a circular es abierto, de libre circulación y escenario de múltiples actividades (deportivas, forestales, ganaderas y agrícolas). Mantén una actitud comprensiva, prudente, responsable y respetuosa.