Esta ruta de 16 km, une la Vía Verde que enlaza Fuso de la Reina y el Parque de Invierno de Oviedo, con la Senda del Oso, que comienza en Tuñón, y continúa atravesando praderíos, castañares y bosques de ribera por las orillas de los ríos Nalón y Trubia.
La ruta comienza en Fuso de la Reina, junto a la estación ferroviaria de FEVE (Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha), y discurre pegada a las vías hasta dejar atrás el pueblo. Unos metros más adelante, continúa en paralelo a un canal que toma aguas del Nalón con fines hidroeléctricos, hasta llegar a un cruce. En este punto gira a la derecha y accede a un paso a nivel. De nuevo, avanza paralelo a la vía del tren hasta que empieza a alejarse de la misma y del canal de agua para llegar a una pasarela metálica peatonal que cruza el río. En este punto es posible observar numerosa avifauna ligada a las zonas húmedas, como ánades reales (Anas platyrhynchos), garzas reales (Ardea cinerea), gallinetas comunes (Gallinula chloropus), lavanderas cascadeñas (Motacilla cinerea) y, con suerte, algún ejemplar de nutria (Lutra lutra).
El Camino discurre por la margen derecha del río Nalón, inmerso en un bosque de ribera muy desarrollado, formado principalmente por alisos (Alnus glutinosa), chopos (Populus sp.) y fresnos (Fraxinus sp.), y, tras un cruce, continúa por la orilla izquierda hasta llegar a un puente donde se puede ver el peculiar castillo de Priorio. Después de atravesar un puente sobre el Nalón, el sendero continúa por la carretera hacia Caces.
A la entrada de esta localidad, justo al lado de un parque infantil, el itinerario gira a la derecha, atravesando algunas calles en las que, entre otras buenas muestras de arquitectura tradicional, el viajero puede ver varios hórreos todavía en uso. En el primer cruce la ruta continúa recta y, tanto en la segunda como en la tercera intersección, gira a la derecha para desembocar en un camino de tierra que comunica con una vía asfaltada que de nuevo acerca al río Nalón.
Sin posibilidad de confusión, el camino asfaltado desciende paralelo al río por una zona muy frondosa repleta de castaños centenarios (Castanea sativa) entre prados y cultivos, a orillas del río, entre los que destaca una gran plantación de kiwis desde la que se exportan toneladas de fruta hacia Europa. Un poco más adelante el trayecto alcanza el cruce con la carretera que asciende a Pintoria, desde donde se continúa a la derecha, y siempre paralelo al río, en dirección a Trubia.
La senda se encuentra de nuevo con la vía del tren y, tras unos metros de recorrido conjunto, llega a las instalaciones industriales de Química del Nalón, ubicada a las afueras de Trubia. Ya en el pueblo, discurre por su zona urbana hasta llegar a la estación de tren, donde el Camino cruza las vías por una pasarela metálica peatonal, o por el paso a nivel, continuando por las calles más céntricas de esta localidad, hasta aproximarse a la margen derecha del río Trubia, al final del casco urbano.
El recorrido continúa por la orilla derecha del río, deja atrás varios puentes y pasa entre diversas industrias, llegando al cruce con la carretera a Perlín. Desde aquí, sigue a la derecha hasta la iglesia de Santa María de Trubia, donde el Camino gira a la izquierda por detrás de un caserío abandonado. Desde este punto hasta San Andrés, el Camino discurre entre prados, zonas de cultivo y un frondoso bosque mixto dominado por arces (Acer sp.), fresnos y castaños.
En San Andrés la ruta se introduce por un camino a la izquierda que, paralelo a la carretera, llega hasta una antigua cantera donde hay una pasarela peatonal de madera que cruza la carretera y el río Trubia, para continuar a la izquierda por un camino asfaltado.
La senda serpentea entonces por el fondo del valle del Trubia, acercándose a las paredes de caliza de la Peña de la Escalera y a las pendientes de La Recusa y Las Garradas, atravesando después un antiguo túnel de tren, para continuar remontando el valle al tiempo que se acerca lentamente hasta el cauce del Trubia. Al llegar a un puente de chapa metálica, cruza el río para llegar al área recreativa de Tuñón, junto a la carretera AS-228, donde ponemos punto y final a este Camino Natural y comienza uno de los tramos de la Senda del Oso.
En la zona rural de Santo Adriano de Tuñón encontramos este edificio de tres naves, con un pórtico extraordinariamente alargado a causa de reformas posteriores a su construcción, y una estancia lateral adosada, aunque probablemente debió existir otra en el lado opuesto, que fue derruida en su momento para instalar el cementerio. Fue construido por Alfonso III y su esposa, la reina Jimena, sobre un antiguo convento benedictino, consagrado en el año 891 y restaurado en el año 1108. Fue declarado Monumento Nacional en junio de 1931.
Alfonso III el Magno, último rey de la monarquía Astur, dedicó la iglesia a los mártires Adriano (oficial romano) y a su esposa Natalia.
Los materiales constructivos son la mampostería, el sillarejo y el sillar en las esquinas.
En el testero encontramos de nuevo el exterior de la cámara alta, que en esta ocasión nos muestra un ventanal ajimezado de dos huecos y columna central. La iluminación de la nave central se realiza mediante ventanas con celosías. Una techumbre de madera cubre las naves, a excepción de la tripartita cabecera rectangular, donde una bóveda de cañón hace esta función.
Al penetrar en Santo Adriano nos encontramos ante la clásica concepción prerrománica asturiana de planta basilical, dividida en tres naves comunicadas entre sí por arcos de medio punto sobre pilares, que en este edificio no presentan imposta.
La decoración del templo es muy limitada. Hay que destacar los motivos pictóricos de la capilla mayor, en cuyo muro se representa la alegoría del Sol y la Luna. Debajo de las mismas, se divisa un friso de almenas de influencia mozárabe y sobre ambas reposan flores y roleos.
Una cruz, semejante a la cruz de la Victoria y restos del primitivo cancel de mármol completan los elementos decorativos de Santo Adriano de Tuñón.
El tejo de Bermiego, también llamado en asturiano «Teixu l’Iglesia», es un árbol milenario que se encuentra en la localidad quirosana de Bermiego.
Está plantado en la falda occidental de la sierra del Aramo, a las afueras del pueblo y dentro del recinto de la iglesia del pueblo.
Este ejemplar de tejo (Taxus baccata), considerado por algunos autores como el tejo más antiguo de Europa, presenta una morfología casi perfecta. Su copa mide 15 m de diámetro; su tronco presenta un perímetro de 6,5 - 7 m y alcanza 10 m de altura. Declarado Monumento Natural, es una especie protegida que se encuentra incluida en el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de Asturias.