Entre las sierras de Caballar y de La Matanza se sitúa el valle de Cayón, donde el río Pisueña se une al Pas en un entorno de robles, avellanos, espineras, hayas, acebos, campos de cultivo y grandes prados de pastos ganaderos, constantemente salpicados por el alboroto de las muchas especies de aves que pueblan el valle.
El Camino Natural se inicia al oeste de la localidad de Sarón, en su estación de autobuses, desde donde, atravesando el parque urbano, continúa adyacente a la urbanización “La Campanilla”, hasta abandonar el municipio.
La ruta discurre paralela a la carretera hasta llegar a un nuevo parque. Tras pasar bajo la N-634, el camino continúa durante un tramo junto al cauce del río Suscuaja.
Siguiendo la vía, se cruza otra que conduce hacia La Abadilla, entre vegetación de ribera, y prosigue por un camino de gravilla hasta llegar a La Penilla. El itinerario continúa recto por las calles del pueblo hasta abandonarlo, lejos del río, junto a la zona industrial.
Después de un tramo de 500 mentre casas, huertas y prados se inicia el camino peatonal de La Cueva, donde termina esta ruta.
Se trata de una pequeña ermita de estilo románico-gótico datada en el siglo XIII y que fue declarada Bien de Interés Local en el año 2005. Esta ermita, situada en La Penilla, servía a los fieles de La Cueva, La Penilla y La Encina de Cayón.
Se trata de una construcción de una sola nave de reducidas dimensiones acabada en ábside semicircular, que presenta canecillos con figuras de tradición románica. Sobre el origen de la ermita, existe la leyenda que cuenta que dos pastores vieron a un toro escarbando pertinazmente en lo alto del Monte Carceña y cuando decidieron acercarse al lugar descubrieron una imagen de San Miguel enterrada en la tierra. A raíz de este hecho se decidió construir este templo dedicado al arcángel pero en un lugar distinto, un lugar al que fuese fácil acceder para los fieles. Debido a extraños acontecimientos que tuvieron lugar mientras se construía dicho templo, los propios creyentes decidieron levantar la ermita en el lugar que le correspondía, ya que tomaron estos sucesos como una señal divina.
Este Camino Natural corresponde a un tramo de la antigua vía de este ferrocarril de 35 kilómetros de longitud que estuvo en servicio desde 1902 hasta 1978. Se construyó con la idea de enlazar Santander, Burgos y Madrid, como alternativa al ferrocarril Santander-Alar del Rey.
En su comienzo favoreció el auge del turismo transportando viajeros a los balnearios de Puente Viesgo y Alceda. Posteriormente, la línea fue adquiriendo un carácter más industrial a medida que se desarrollaba la minería de la zona. También contribuyó al desarrollo de la actividad ferial de la comarca ya que compaginaba el transporte de pasajeros con el de ganado.
La falta de rentabilidad provocó el cierre progresivo de varios tramos, hasta el cierre definitivo de la línea.