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¡AVISO IMPORTANTE!
Por razones ajenas al Programa de Caminos Naturales y debido al estado de conservación en que se encuentra este itinerario y a los serios problemas de seguridad que se derivan de esta circunstancia se informa del CIERRE TEMPORAL DEL CAMINO NATURAL VÍA VERDE DE LA JARA. Se avisará oportunamente de los cambios en este itinerario, y en tanto se mantenga esta situación no está permitido circular por el mismo, siendo de total responsabilidad de los que no respeten esta advertencia cualquier accidente o incidencia que se pueda producir.
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Este camino de 52 km recorre la antigua línea de ferrocarril que unía Calera y Chozas y Santa Quiteria, que nunca llegó a funcionar. Un proyecto de la época de Alfonso XIII, que surgió para comunicar el centro peninsular con Extremadura, mediante la creación de una línea que acortara la distancia entre Madrid y Badajoz, para lo que se diseñó un trazado entre Talavera de la Reina (Toledo) y Villanueva de la Serena (Badajoz). Las obras comenzaron durante la dictadura de Primo de Rivera y continuaron con la II República. Durante la Guerra Civil se paralizaron, reanudándose tras la contienda, pero en 1941, dada la situación de penuria del país, se decretó la rescisión de los contratos a las constructoras. Las obras se retomaron posteriormente en los años 50 para abandonarse, finalmente, en 1962, haciendo hoy en día las delicias de multitud de cicloturistas.
El Camino Natural Vía Verde de La Jara, se puede realizar fácilmente en bicicleta, a pie o a caballo. Atraviesa seis viaductos y dieciocho túneles, midiendo el más largo de los últimos, que se encuentra pasada la estación de Nava-San Vicente, 800 m; los demás están entre los 50 y los 300 m. Para transitar por ellos, es recomendable el uso de linterna, a pesar de estar dotados en su mayoría de iluminación artificial.
El Camino Natural Vía Verde de La Jara se prolonga por el Camino Natural de Las Villuercas, evitando dos túneles inundados que no han sido atravesados por ser asentamiento de una gran colonia de murciélagos, siendo declarada esta zona como Microrreserva Rincón del Torozo.
Las mejores épocas para hacer este recorrido son la primavera, sobre todo en mayo con las jaras (Cistus sp.) florecidas, y el otoño. Todo el recorrido está jalonado por matorrales, encinas (Quercus ilex), algún alcornoque (Quercus suber), tomillos (Thymus sp.) y otras muchas especies de plantas aromáticas. También puede encontrarse abundante fauna, especialmente paseriformes, ya que los grandes mamíferos suelen quedar en las faldas de las sierras y no bajan hasta el antiguo trazado del ferrocarril.
El recorrido comienza en la estación de Calera y Chozas, avanzando paralelo a la carretera de CM-4101, cruzándola finalmente antes de llegar al pueblo homónimo. Transitando en dirección suroeste, dejando a la derecha las viviendas de Calera y Chozas, el Camino Natural Vía Verde de La Jara establece la primera conexión con el Camino Natural del Tajo, en su etapa 27. Unos metros más adelante, pasa por una zona de denso carrizal, y continúa por una larga recta entre parcelas de regadío, dejando atrás la Fuente Lozana, hasta llegar al apeadero de Silos, a la entrada de la finca " El Arco ". Tras el apeadero, la etapa 27 del Camino Natural del Tajo se une al trazado del Camino Natural Vía Verde de La Jara, viajando por el mismo itinerario hasta poco después de Aldeanueva de Barbarroya, donde ya en su etapa 28, el Camino Natural del Tajo se despide definitivamente del Camino Natural Vía Verde de La Jara.
Siguiendo el trazado, a la altura del km 10 y escondida tras una higuera (Ficus carica) se encuentra la “Fuente de la Garrapata”, junto a la margen derecha del camino. Seguidamente se encontrarán los dos primeros túneles de la ruta. A la salida del segundo, al visitante le aguarda una agradable sorpresa, pues el camino sobrevuela las aguas del río Tajo a través de un gran viaducto encajado en un abrupto valle. Aquí el río se ensancha debido a la acción del hombre y forma una extensa lámina de agua en el llamado embalse de Azután.
Una vez atravesado el viaducto de Azután, comienza un suave ascenso hacia el núcleo urbano de Aldeanueva de Barbarroya, donde su estación, en el kilómetro 17, da la bienvenida al viajero al último núcleo urbano que atravesará el trazado.
Desde aquí el paisaje cambia; el granito es sustituido por la pizarra y la retama deja lugar a la planta reina de la comarca: la jara. El Camino llega hasta el río Huso y ya no se separa de él hasta el embalse de San Vicente.
Al llegar al kilómetro 25 aparece el apeadero de Pilas, encontrándose el viajero desde este punto con cuatro viaductos sobre el río y quince túneles. También en este tramo se pueden encontrar hasta diecinueve molinos abandonados, muchos ya en ruinas, entre los que destacan el molino de Los Morenos y el molino del Estanco, situados cerca de la estación de Campillo-Sevilleja.
En el kilómetro 29, el trazado pasa junto a la estación de Nava-Fuentes. Desde aquí, los jarales cada vez se van haciendo más densos y su intenso olor impregna el ambiente.
Ya en el km 36 se alcanza la estación de Campillo-Sevilleja. Como curiosidad para el visitante, en el cercano pueblo de Sevilleja de la Jara se localiza uno de los principales centros de recuperación del águila imperial ibérica de nuestro país.
Algo después de la estación, la ruta pasa cerca del embalse de San Vicente y poco a poco, se va alejando de él para introducirse en un paisaje caracterizado por imponentes muros de contención, que encajan la vía hasta un punto en el que se abre y da paso a un mar de jaras que acompañará al viajero en los últimos kilómetros del recorrido. En el km 44 está el apeadero de La Cervilla, enmarcado al norte por las estribaciones de la sierra de Gredos y de frente, por la cercana sierra de Altamira se llega al km 52, punto final de la ruta, situado en la estación de Santa Quiteria, a 670 m de altitud.
Aunque el Camino Natural Vía Verde de La Jara concluye aquí, se puede continuar por el Camino Natural de Las Villuercas, que a su vez conecta con el Camino Natural Vía Verde Vegas del Guadiana, por lo que es posible llegar caminando desde la población toledana de Calera y Chozas hasta la pacense Villanueva de la Serena.
Situado en la localidad de Sevilleja de la Jara, se trata de uno de los principales centros de recuperación del águila imperial ibérica (Aquila adalberti) en nuestro país. Cuenta con un aula de la naturaleza donde se realizan actividades de educación ambiental.
Estas ruinas atestiguan la antigua presencia de una gran ciudad musulmana del s. X, abandonada en el s. XI, seguramente tras la conquista cristiana, ubicada sobre un promontorio a la orilla del río Huso, actualmente en el término municipal de Navalmoralejo, Toledo.
Se cree que llegó a albergar hasta 3.000 habitantes y se desconocen las razones tanto de su construcción como de su abandono. Tampoco se sabe a ciencia cierta cuál era su nombre y se sospecha que el término “Vascos” debe ser una transformación fonética de su nombre original.
Su estado de conservación es muy bueno, pues al estar alejada de grandes centros urbanos ha sufrido menos expolio y su deterioro se debe casi exclusivamente al paso de los siglos.