Huélamo despide al viajero con su cerro como testigo para sumergirse en los pinares típicamente representativos de la serranía de Cuenca. Aquí la fauna silvestre campa en libertad, en este entorno salpicado de fuentes y manaderos, siendo el Área Recreativa de Juan Romero, broche final de etapa.
El itinerario comienza en la entrada de la población de Huélamo, junto al panel interpretativo de Caminos Naturales. Otros paneles cerca del mencionado, ofrecen al viajero diferentes posibilidades para disfrutar de este bello entorno. Además, frente a ellos, un monumento en honor a los cargos rinde homenaje a las tres figuras en torno a las que giran unas fiestas patronales con carácter propio.
Tras visitar la localidad, el cicloturista debe ascender por las calles del núcleo urbano que se distribuye a lo largo de la loma donde se asienta el pueblo. Se asciende por la calle Molino que da continuidad a la carretera CM-9231, que es la que da acceso al pueblo. De forma natural se continua por la calle la Fuente que, tras finalizar, zigzaguea para alcanzar el área recreativa El Pozuelo. Esta área recreativa cuenta con un aliciente, ya que ha sido realizada por vecinos jubilados, además de estar dotada con barbacoas, fuentes y mesas, y disponer de una agradable sombra que hará las delicias de huelameros y turistas antes de abandonar definitivamente el casco urbano.
Se continúa ganando altura hasta el mirador de Huélamo, donde además de recuperar el aliento es posible deleitarse con las vistas de la villa que conforman una bella postal del pueblo, e instantáneas de calidad del paisaje de la sierra conquense. Avanzando ahora por terreno más favorable va aumentando la presencia de especies arbustivas y arbóreas, siendo los pinares los protagonistas.
Tras el punto kilométrico 2 un cartel de madera indica la existencia de la Fuente de Las Nogueras, situada a la derecha del trazado, reiterando una vez más la multitud de manaderos que tienen lugar en esta zona serrana debido a su naturaleza caliza altamente porosa. Los pinares de esta parte están dispuestos en alineaciones, lo que hace presuponer que han sido plantados por la mano del hombre.
Superado el kilómetro 4, y aún con las impresionantes instantáneas de este itinerario en la retina del viajero, se abandona la que, a priori, parece la pista principal que gira bruscamente a la derecha. El caminante debe continuar recto, siguiendo la señalización de Caminos Naturales al efecto que no ofrece ninguna duda. En este momento se inicia una bajada que se adentra en la espesura del pinar donde, además de la vegetación, se pueden observar las ruinas salpicadas de antiguas parideras o tainas que recuerdan la vocación ganadera de esta comarca de la provincia de Cuenca.
El rápido descenso, sobre todo si se hace en bicicleta, continúa, alcanzando un paraje donde se concentran la Fuente del Cuco, la Fuente de La Tocona y la construcción en avanzado estado de deterioro de lo que pudo ser un antiguo refugio forestal. Custodiado a ambos lados, cuan lanzas erguidas, los troncos de los pinos acompañan al viajero al mismo tiempo que sus copas ofrecen una agradable sombra, tapizando en ciertos tramos el trazado con un manto de acículas.
Antes de alcanzar el kilómetro 8 de etapa, en un brusco giro a la izquierda correctamente señalizado, tiene lugar el fin del tramo de bajada, debiendo afrontar el cicloturista desde este mismo momento una rampa de subida, con marcada pendiente sobre todo en la parte final, que obligará a realizar un esfuerzo considerable para superarla. En esta zona los pinos son de mayor edad y su distribución es más irregular, lo que quizás puede suponer un origen natural.
Aunque el viajero quizás no es consciente por estar inmerso en el bosque de coníferas, desde el comienzo de la subida (p.k. 8 aprox.) se avanza en paralelo al Cordel de Huélamo y al río Júcar, condición que ya no se abandonará en lo que resta de etapa. Antes de alcanzar el kilómetro 9 finaliza la subida y comienza un tramo en predominante bajada. Da así el camino un respiro, ya que no ofrece ninguna dificultad técnica para que los cicloturistas, incluso los menos experimentados, puedan avanzar sobre la bicicleta disfrutando de las vistas.
Coincidente con el punto kilométrico 10, entra por la izquierda en el itinerario la pista forestal del ramal de la etapa 3, que compartirán recorrido desde este punto hasta el final de la etapa.
Tras cruzar un pequeño arroyo por paso a nivel cementado construido ex profeso, el trazado encara su recta final alcanzando la señalización y una barrera que impide el paso de vehículos a motor. Marcando así la entrada al Área Recreativa de Juan Romero, donde sus enormes pinos, su verde pradera y sus mesas de piedra, ponen el punto final a esta etapa invitando al descanso en este paraje lleno de historia.
Pueblo de la Serranía de Cuenca localizado a más de 1.300 m altura en las cercanías del Cerro del Castellar. La villa ha estado poblada desde tiempos ancestrales, como así lo confirman restos de la Edad de Bronce encontrados en el yacimiento de la Covacha de las Grajas. Su nombre, de procedencia árabe, y los restos del castillo, en el cerro adyacente, son los mayores exponentes de ese periodo. Después, en la época cristiana pasó a pertenecer a la Orden de Santiago.
Aunque su economía se ha basado en la agricultura, el sector turístico está cobrando cada vez más importancia debido a su localización en el Parque Natural de la Serranía de Cuenca, con el río Júcar como testigo de toda su historia.
Las fiestas patronales tienen lugar el primer domingo de septiembre en honor a Ntra. Sra. del Rosario, donde una representación de los tres poderes municipales (el concejo local, el poder religioso y el poder militar) conocida como “Los Cargos” supone el eje central de estos festejos.
Junto con los cortados, muelas y cañones, fruto de los procesos geomorfológicos acontecidos durante muchísimos años en la serranía de Cuenca, se encuentran los extensos bosques de pinares. En ellos cohabitan tres especies de pinos autóctonos: pino silvestre (Pinus sylvestris), pino laricio (Pinus nigra) y pino resinero (Pinus pinaster). El aprovechamiento maderero se ha realizado bajo criterios de sostenibilidad y perpetuidad de estos bosques desde tiempos ancestrales, destacando las maderadas realizadas en el pasado. Durante esta práctica tradicional, los gancheros transportaban la madera de la sierra por el cauce de los ríos más caudalosos, el río Júcar en este caso.
En estos bosques de pinos conviven numerosas especies de fauna silvestre, además de una nutrida cabaña ganadera que aprovecha los pastos frescos. Ejemplares salpicados de otras especies como pueden ser arces, acebos, tejos y tilos completan la biodiversidad al mismo tiempo que aumentan la gama cromática del paisaje.
- Cicloetapas de montaña con un tramo de camino a pie entre ambas de más de 3 kilómetros.
- Se deben extremar las precauciones y leer detenidamente toda la información orientada al cicloturista debiendo abortar el viaje en caso de dudas.
- Existen porteos en ambas cicloetapas, tramos de senda, tramos con afloramientos rocosos, tramos con pedregosidad suelta, exigentes rampas de subida y prolongados descensos.
- Discurren por una zona con alto valor paisajístico con los riesgos inherentes a la sierra de Cuenca.
-Infórmate sobre los aspectos técnicos de la ruta y sobre la meteorología del día.
-Cuida del medio ambiente. Procura no molestar a los animales ni deteriorar la vegetación. Respeta las zonas privadas.
-Debes dar prioridad a los peatones y cumplir con las normas generales de circulación.
-El entorno por el que vas a circular es abierto, de libre circulación y escenario de múltiples actividades (deportivas, forestales, ganaderas y agrícolas). Mantén una actitud comprensiva, prudente, responsable y respetuosa.