Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación

Esta parte del antiguo trazado ferroviario del Santander – Mediterráneo tiene como protagonista el paso por la capital burgalesa, donde confluyen otros grandes viajes y viajeros, como el Camino de Santiago, el Camino del Cid o el Camino de San Olav, que permitirán compartir experiencias y anécdotas bajo el incomparable marco de la monumentalidad de la ciudad de Burgos.

El tramo del Camino Natural comienza tras la carretera BU-V-6279 donde metros después un panel interpretativo informa al viajero de esta parte del itinerario. Como es habitual en antiguos trazados ferroviarios, la totalidad del recorrido presenta pendientes muy suaves tanto ascendentes como descendentes. En los primeros kilómetros de recorrido, entre terrenos de cultivos cerealistas, se dejan atrás las poblaciones de Villarmero y Quintanadueñas, ambas a la derecha del recorrido, y la antigua estación de Villarmero, dotada con un área de descanso. Se cruza por puente elevado la autovía de circunvalación BU-30 para, poco después, llegar al polígono industrial de Villalonquéjar, donde el trazado se bifurca en dos adaptándose a cicloturistas y senderistas en todo momento.

Finalizado el tramo industrial se continúa por un carril bici que llevará al senderista y al cicloturista a la ciudad de Burgos. Tras las primeras viviendas, los trazados se vuelven a separar continuando de frente por el carril bici los cicloturistas y girando a la izquierda los senderistas.

Su inmenso patrimonio arquitectónico y cultural hacen de Burgos visita y parada obligada en este recorrido. De este patrimonio destaca, sin duda, su mundialmente conocida catedral, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984 y, mucho antes, a finales del siglo XIX, Monumento Nacional. Burgos también es lugar de paso y disfrute de otras importantes rutas nacionales e internacionales. El Camino de Santiago, concretamente el Camino Francés, que regala a la ciudad el paso de los peregrinos. El Camino del Cid es otro ejemplo; comienza con el destierro de Rodrigo Diaz (el Cid), natural de la cercana localidad de Vivar del Cid. El Camino de San Olav, que comienza en la ciudad de Burgos y finaliza en la original ermita de San Olav, inaugurada en 2011 en el Valle de los Lobos ubicado en la localidad de Covarrubias.

Además de ciudad universitaria, la riqueza culinaria burgalesa ejerce una titánica atracción sobre la inmensa mayoría de visitantes. Éstos no podrán irse sin probar algunas de sus delicias como el lechazo asado o su riquísima morcilla, ambos con Indicación Geográfica Protegida (I.G.P.) por su calidad y tradición; todo ello regado con sus afamados caldos de Ribera del Duero (D.O.P.) y Arlanza (D.O.P.).

Con las pilas bien cargadas, el viajero avanza por la ciudad burgalesa donde poco antes de la antigua estación de ferrocarril de Burgos los itinerarios ciclista y senderista vuelven a confluir. El viajero sólo deberá dejarse guiar a través de la urbe por las placas situadas en el alumbrado público para encontrar el camino que le llevará fuera de la capital burgalesa, que quedará en su retina grabada para siempre.

En este tramo cercano a la ciudad se suceden las áreas de descanso (Los Pisones, Rompizales, etc…) que ofrecen reposo y sosiego a jóvenes y mayores, siendo muchos los vecinos burgaleses que, debido a su frecuente uso, acompañaran al viajero en su caminar haciendo del trazado toda una ruta biosaludable.

El camino, de nuevo flanqueado por cultivos, avanza en paralelo al rio Cardeñadijo con su modesto caudal y su pequeño bosque de galería adornando el paisaje. Para no olvidar la vocación ferroviaria de este viaje, en algunos cruces de caminos se han conservado pequeños tramos de rail embutidos en el camino, que en ningún caso revierten dificultad alguna o peligro, pero si hacen al viajero retroceder en el tiempo imaginando el traqueteo del tren.

Poco después de superar el punto kilométrico 14, la antigua estación de Cardeñadijo nos presenta el pueblo al que da nombre, sobre el que se erige, dominando el paisaje, la iglesia de San Martín Obispo. Debido a su cercanía con la capital la oferta gastronómica se compone de similares manjares que harán las delicias del viajero.

Tras superar esta bella y tranquila localidad se avanza con ligera pendiente ascendente, comprobando como el monte mediterráneo con su amplio cortejo de plantas aromáticas se va abriendo paso poco a poco entre los cultivos cerealistas de secano.

Sin más preámbulos se alcanza el túnel de Modúbar de la Emparedada. Esta antigua infraestructura ferroviaria que cuenta con 590 m de longitud en línea recta permite ver la salida desde la boca de entrada por lo que no posee iluminación artificial. En cualquier caso, es recomendable llevar una linterna, sobre todo si el recorrido se realiza con niños.

Después del túnel, el trazado desciende ligeramente dirigiéndose a la localidad de Modúbar de la Emparedada, deleitando al viajero con espectaculares vistas que en días claros permiten divisar las estribaciones de la sierra de la Demanda. Además la paz y tranquilidad que contagia el trazado aumentan con el pausado pastar de rebaños de ovejas sobre las laderas aprovechando los pastos de la zona.

Poco después de que el viajero se adentre en Modúbar de la Emparedada encontrará su antigua estación de ferrocarril. En esta pequeña localidad que, tal como constata en el yacimiento neolítico del Altotero, ha estado habitada desde tiempos ancestrales, destaca el Museo Modúbar de la Emparedada, conocido como MUMO. Este museo presenta un concepto novedoso, ya que permite realizar la visita las 24 horas del día mediante un código de acceso. El museo pertenece al proyecto de cooperación Leader “MUSEOS VIVOS” impulsado por Grupos de Acción Local (GAL) de Castilla y León, con una gran oferta de museos temáticos, centros de interpretación y otros lugares de interés repartidos por toda la geografía castellano leonesa.

De vuelta al antiguo trazado ferroviario, y poco después de abandonar la población de Modúbar de la Emparedada, el itinerario gira hacia el sur, afrontando la recta final de esta ruta que finaliza tras cruzar la carretera BU-V-8013 en la entrada de la localidad burgalesa de Cójobar, también perteneciente a Modúbar de la Emparedada, donde un panel interpretativo informa sobre este tramo y el siguiente, comprendido entre Cójobar y Cascajares de la Sierra.