La provincia de Burgos acoge este doble tramo del antiguo ferrocarril Santander – Mediterráneo. El río Homino es el primer compañero de viaje; a su lado se visita el pueblo del inolvidable naturalista Félix Rodriguez de la Fuente. Después de disfrutar del insólito Valle de Las Navas, el río Ubierna acompaña al viajero introduciéndole en tierras de El Cid Campeador.
El itinerario comienza a 300 m de la localidad burgalesa de Castellanos de Bureba, donde su iglesia de Santa Lucia ofrece inmejorables panorámicas, destacando los campos de cerezos por el afamado valor culinario de esta fruta. El trazado avanza con el río Homino a la derecha que serpentea con su característico bosque de ribera, estando protegida su cuenca como LIC Riberas del Río Oca y afluentes.
Poco después de superar el punto kilométrico dos se alcanza el cruce de caminos que da acceso a la localidad de Salas de Bureba, ubicándose en el lado contrario el Área de Descanso de esta población. De vuelta al Camino Natural, este torna dirección sur, avanzando en paralelo a la carretera BU-P-5028. Con la mencionada carretera a la derecha y el río Homino a la izquierda se alcanza la antigua Estación de Poza de la Sal con su Área de Descanso junto al almacén.
Metros antes del punto kilométrico 5 se cruza la carretera CL-633, extremando las precauciones, para después del hito kilométrico dejar a la izquierda el santuario-albergue de Ntra. Sra. Virgen de Pedrajas. Coincidente con el punto kilométrico 6, cruza el trazado la carretera BU-V-5103 y un panel interpretativo indica la cercanía de la bella localidad de Poza de la Sal, a menos de dos kilómetros, cuna del inolvidable naturalista Félix Rodriguez de la Fuente.
Las vistas de la sierra con el castillo de Rojas y Poza de la Sal en la ladera, acompañan al viajero al echar la vista atrás durante varios kilómetros. Tras superar el punto kilométrico 9 se alcanza el antiguo Apeadero de Lences de Bureba y poco después se cruza la carretera BU-V-5021, tomando las debidas precauciones, dejando a la izquierda la localidad de Lences de Bureba en la que destaca su puente medieval y la iglesia de Santa Eugenia. Dejando atrás la localidad y custodiado por cultivos de cereal, pero sin perder de vista el río Homino, el caminante se va adentrando sigilosamente en un singular paisaje donde los procesos erosivos van cobrando protagonismo.
Tras el punto kilométrico 13, el Área de Descanso del antiguo Apartadero de Arconada permite descansar al viajero. El edificio ha sido rehabilitado presentando un buen estado de conservación. Pocos metros después, a la izquierda del trazado, la localidad de Arconada recibe al viajero con la iglesia de Santa Eulalia dominando el paisaje.
El caminante se zambulle plenamente en el Valle de Las Navas, avanzando los kilómetros pudiendo disfrutar de la variedad cromática que ofrecen los diferentes estratos que han salido a la luz tras largos procesos erosivos. La belleza y la calma que se respira en el valle del encajonado río Homino provocan en el caminante una placentera sensación de aislamiento y desconexión del mundanal ruido.
El antiguo trazado ferroviario realiza varias curvas a izquierda y derecha con un amplísimo y característico radio de giro, llegando poco después del punto kilométrico 20 a la localidad de Lermilla, a la que precede un Área de Descanso homónima. Tras superar el río Homino y cruzar la carretera de acceso a la localidad, se alcanza el antiguo Apartadero de Lermilla-Quintanarruz. Poco después se alcanza el punto kilométrico 21 y finalmente antes de entrar en la localidad de Quintanarruz concluye esta primera parte del viaje desde Castellanos de Bureba a la mencionada Quintanarruz.
Continuando desde el mismo punto, el hito kilométrico 0 marca el inicio de esta segunda parte, atravesando la localidad de Quintanarruz por la calle La Vía, como no podía ser de otra manera. Tras abandonar la localidad el trazado torna dirección sur donde los bosques de quercineas cada vez son más abundantes.
En lo alto de un pequeño promontorio se erigen las ruinas de lo que fue la ermita de Ntra. Sra. de los Ángeles y poco después un banco de madera permite disfrutar de la riqueza botánica del río La Molina. Tras superar el punto kilométrico 4 se divisa la localidad de Cobos Junto a La Molina, con su iglesia de San Torcuato como edificio más destacado.
Avanzando cómodamente se van sucediendo los kilómetros hasta llegar al pequeño Área de Descanso La Molina de Ubierna, que bien merece una parada para recuperar fuerzas. Tras superar el punto kilométrico 7 se divisa la iglesia de San Román, donde tienen lugar diferentes escenas de La Pasión de Jesucristo, que cada Viernes Santo representan los propios vecinos de La Molina de Ubierna. En el cruce de caminos que da acceso a la localidad, se ubica un panel interpretativo que invita a visitarla.
El viaje prosigue sin mayores sobresaltos, hasta llegar a una antigua casilla de guardabarreras convertida hoy en día en vivienda que precede al cruce de la carretera CL-629, donde se deberán tomar las debidas precauciones. Poco después se alcanza la localidad de Peñahorada donde se localiza un nuevo Área de Descanso. Entorno al punto kilométrico 11, el viajero llega a la antigua Estación de Peñahorada, donde el paso del tiempo se hace palpable observando su estado actual.
El trazado se coloca paralelo a la carretera CL-629 dejando a la izquierda un antigua cargadero de mineral en buen estado de conservación. Poco después de superar el punto kilométrico 12 se alcanza el Túnel del Callejón (121 m) y el Túnel de la Hoz (84 m) que debido a su corta longitud no presentan iluminación artificial, recomendando ir equipado de linterna. Inmediatamente después se cruza la carretera CL-629 por un puente elevado al efecto y poco a poco se abandona el macizo rocoso en el que el monte bajo de encinas poblaba sus laderas.
Las ruinas de la iglesia gótica de La Mota preceden al antiguo Apeadero de Villaverde Peñahorada, ambos a la izquierda del trazado. Los cultivos de cereal de secano y la llanura cobran protagonismo, cruzando la carretera BU-V-5008 extremando las precauciones. Tras superar el punto kilométrico 16 se cruza el puente sobre el río Ubierna, siendo la antesala de la entrada del viajero en Sotopalacios, destacando en esta localidad el castillo de los Adelantados y desde el punto de vista culinario, la elaboración de morcillas.
Al llegar a la población se abandona momentáneamente el antiguo trazado ferroviario, avanzando por la acera en paralelo a la carretera N-623 (carretera Burgos-Santander en el interior del núcleo urbano), cruzándola en el paso de peatones con semáforo al efecto. Poco después se gira a la derecha retomando de nuevo el antiguo trazado ferroviario a la altura de la antigua Estación de Sotopalacios, donde grandes castaños de indias (Aesculus hippocastanum) permiten recuperar fuerzas en el Área de Descanso.
Se abandona la localidad entre tierras de cultivo, dejando atrás el camino que da acceso a Quintanilla Vivar, situada a menos de 1 km del Camino Natural. Se supera la autovía A-73 por un paso subterráneo, retomando el antiguo trazado ferroviario, cruzando de nuevo el río Ubierna por el correspondiente puente. Sin más dilación se alcanza el punto kilométrico 22, cruzando la carretera BU-V-6279 que conduce a Sotragero, con las debidas precauciones, encontrándose poco después el panel interpretativo que pone fin a este doble tramo del Camino Natural Santander-Mediterráneo entre Castellanos de Bureba-Quintanarruz y Quintanarruz-Quintanilla Vivar.
Localidad burgalesa que como hace entrever su denominación tiene su historia ligada a la explotación salinera. Vestigios de asentamientos neolíticos ya hacen sospechar una rudimentaria extracción de la sal. Romanos, visigodos y musulmanes perfeccionarían la recogida de esta valiosa sustancia utilizada para la conservación de los alimentos. Del esplendor del siglo XVIII datan la Casa de Administración de las Reales Salinas y los almacenes de La Magdalena y Trascastro. Presenta un riquísimo patrimonio arquitectónico, declarado Bien de Interés Cultural, como El casco antiguo de la villa, el Castillo de los Rojas, las salinas y la iglesia de San Cosme y San Damián, patrones del municipio cuyas fiestas se celebran del 26 al 29 de septiembre.
Su vecino más ilustre es el inolvidable Félix Rodriguez de la Fuente.
Localidad burgalesa perteneciente al municipio de Merindad de Río Ubierna, del que es su capital. Las primeras citas documentales de la localidad datan del siglo XII, aunque su origen muy probablemente fue anterior. Posee un rico patrimonio arquitectónico compuesto por el Castillo de los Adelantados, iglesia de Nuestra Señora del Acorro, la iglesia de San Martín (conocida como la ermita del pueblo) y la Casa de Los Tiros, declarada Bien de Interés Cultural en 1992. Celebra sus fiestas patronales el 8 de septiembre y el segundo domingo de noviembre tiene lugar la feria del producto más afamado de la localidad, la morcilla.