El suelo es la base para los alimentos, el pienso de los animales, el combustible y la producción de fibra, y también de servicios para los ecosistemas y el bienestar humano. Alberga al menos una cuarta parte de la biodiversidad global y por lo tanto requiere la misma atención que la biodiversidad en la superficie. Los suelos juegan un rol clave en el aporte de agua potable y resiliencia a inundaciones y sequías. El mayor depósito de carbono terrestre está en el suelo y por lo tanto su preservación puede contribuir a la adaptación y mitigación del cambio climático. El mantenimiento o fortalecimiento de los recursos mundiales del suelo es algo esencial para garantizar que las necesidades de alimentos, agua y energía de la humanidad son atendidas.