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La geografía de la Red Natura 2000 es importante cuando se trata de llevar adelante una agricultura sostenible dentro de programas como la indemnizaciones a zonas desfavorecidas o forestación de tierras agrarias. Por lo tanto se ofrecen aquí informaciones sobre distintos aspectos de Natura 2000, aunque es la Secretaría de Estado de Medio Ambiente de este Ministerio la encargada de dar información oficial sobre esta Red.
Uno de los elementos principales que determinan la identidad de las distintas zonas europeas es su biodiversidad, que permite que se resalten sus valores biológicos, estéticos y genéticos.
Pero la riqueza de este patrimonio natural es frágil por lo que es necesario velar por su conservación.
En Europa existen miles de hábitats diferentes en los que se calcula que viven 150 especies de mamíferos, 520 de aves, 180 de reptiles y anfibios, 150 de peces, 1.000 especies vegetales y al menos 100.000 de invertebrados.
Muchas de estas poblaciones estan disminuyendo, así la mitad de las especies de mamíferos y un tercio de las de reptiles se encuentran amenazadas.
Si fijamos nuestra atención en las especies marinas, la situación es peor, ya que bastantes especies están no sólo amenazadas, sino en peligro de supervivencia (tortugas, algunos tipos de foca, algunas especies vegetales, ...).
El porqué de esta situación tan poco optimista, se encuentra en el deterioro de los hábitats naturales causado por la actividad humana incluyendo una agricultura, a veces, demasiado intensiva; la silvicultura o el turismo, por no hablar de la industria o el transporte.
Entre estos estos hábitats deteriorados encontramos:
La base legal para la constitución de la Red Natura 2000 la constituyen:
En virtud de estas dos Directivas se inició un proceso de varias fases para constituir la Red Natura 2000.
Fase Previa:
En esta fase cada Estado miembro determina los hábitats y especies a proteger mediante la confección de listas nacionales que son presentadas a la Comisión Europea.
Fase de Concertación:
Determinación, entre los Estados Miembros y la Comisión Europea, de los lugares de importancia comunitaria (LICs) atendiendo a distintos factores (vía migratoria, localización transfronteriza, superficie, coexistencia con otros hábitats o especies, carácter único, etc.).
Fase Final:
Designación de las Zonas de Especial Conservación (ZECs). Una vez que un lugar es designado como LIC, el Estado miembro ha de declararlo ZEC en 6 años (a más tardar en 2004).
Hábitats de Aves:
Los Estados miembros designan las Zonas de Especial Protección de Aves (ZEPAs) y éstas se integrarán directamente en la Red Natura 2000.
Los hábitats incluidos en la Red Natura 2000 se incluyen en Zonas Biogeograficas:
La Supercie española está afectada por las zonas Atlantica (España Cantabrica), Alpina (gran parte de los Pirineos), Macaronesica (Islas Canarias) y Mediterranea.
Al incluir un gran porcentaje de la superficie comunitaria, la Red Natura 2000 ha generado mucho interés, pero también inquietud entre agricultores y silvicultores.
Esto es lógico, ya que aparte de las zonas acuáticas (de agua marina o dulce) y las zonas rocosas de alta montaña, la mayoría de los hábitats de la Red Natura 2000 están en zonas agrarias o silvícolas. Estas zonas son, a veces, seminaturales, creadas y mantenidas por la actividad humana. En muchos casos desaparecerían si las labores agrícolas o ganaderas cesaran.
Contrariamente a lo que se cree en las áreas rurales, la idea de la Red Natura 2000 no es construir reservas naturales o congelar la actividad productiva de los lugares que la constituyen.
Aparte de algunas excepciones (bosques naturales intocados o cuevas subterráneas) los lugares Natura 2000 han de ser gestionados hacia actividades productivas. Sin producción de grano la Avutarda (Otis tarda) desaparecería de la España Central, sin praderas húmedas el Guión de codornices (Crex crex) desaparecería del Loira, sin pastos garantizados en los bosques del sur de Suecia desaparecería el escarabajo eremita (Osmoderma eremita)
Extraido de "Natura 2000 et Agriculture". Bertrand Delpeuch (D.G. XI de la Comisión Europea).
Así pues, el objetivo es evitar el deterioro de estos habitats o recuperarlos si están degradados, pero no frenar proyectos productivos, siempre y cuando estos esten regidos por el respeto a la zona considerada.