El Camino Natural de la Senda del Oso discurre por el corazón de Asturias, entre los concejos de Quirós y Teverga, donde las últimas poblaciones de oso pardo cantábrico han encontrado un inmejorable refugio. La ruta es una pista peatonal y cicloturista de unos 25 kilómetros que aprovecha el trazado de un antiguo tren minero que circulaba por estos valles asturianos, entre Trubia y Santa Marina, con un ramal hasta las explotaciones mineras de Entrago.
Hoy, las pequeñas locomotoras que transportaron hierro y carbón hasta 1963 por los valles de Quirós y Teverga han sido relevadas por multitud de viajeros, que acuden a este rincón de la cordillera cantábrica no solo para admirar la belleza de sus paisajes, sino también para disfrutar del patrimonio cultural de su arquitectura, su incomparable gastronomía y sus antiguas tradiciones. El mantenimiento de las estructuras agrarias tradicionales y la baja intensidad de las explotaciones han favorecido la buena conservación del entorno, donde la abundancia de prados y pastos deja patente al caminante la importancia de la ganadería en la economía local.